Actualmente, las mujeres hemos ganado valor pero hemos perdido poder. Las mujeres de hoy, profesionales y preparadas, ritualizan inconscientemente la sumisión por miedo a la hostilidad.
Por esto, es tan importante que seamos más conscientes que nunca a vivir según nuestra identidad, al margen de los estereotipos que nos marcan un camino lleno de exigencias irracionales. Y es entonces, cuando encontramos ese sereno poder femenino que nos conduce a crear entornos de respeto.
Así pues, el aprendizaje que tenemos que hacer es el sacudirnos los estereotipos que nos impone un mercado que, alentando los miedos de las mujeres, consigue ganar miles de millones, a costa, del poder, la salud, el talento y la felicidad de las mujeres.
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