Desde hace un tiempo, caminar por el paseo de la playa de Salinas se ha convertido para mí en un aliciente importante. Caminando calmo los pensamientos, sobre todo, los espesos, los que hacen pupa para la mente y el espíritu , conecto con facilidad con sensaciones como el olor al mar, su sonido al igual que el viento y como esta tarde, además, acompañándome la lluvia, fina,suave que lo único que hacía era invitarme a sentirme, a valorar y agradecer por vivir en una zona tan privilegiada y a saborear la felicidad cuando disfrutas con lo que tienes .
Calmar los pensamientos en un entorno tan apropiado es fácil y teniéndolo tan cerquita de casa un privilegio que no está al alcance de todo el mundo; sentirnos privilegiadas es fácil en nuestro caso, entonces hay que aprovecharlo al máximo. Es una auténtica medicina, que aunque no sea la tradicional es un complemento muy importante para sentirse bien. Gracias por tus comentarios y por este blog tan lleno de sentimientos positivos.
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